ÁGUILAS UACH: UN HOMENAJE AL CORAZÓN Y LA FAMILIA; 4 JUGADORES CIERRAN SU CICLO
La tarde de este sábado, en el primer juego de la temporada en casa, el Estadio Olímpico Universitario fue testigo de algo más que futbol americano.
Entre la ilusión del público, la esperanza de un nuevo triunfo y el eco de los tambores, se vivió un instante cargado de emoción, gratitud y orgullo.
Cuatro guerreros de último año, quienes entregaron su esfuerzo y pasión al equipo, caminaron de la mano de sus familias por una valla humana formada por sus propios compañeros.
El aplauso, los gritos de aliento y las lágrimas contenidas transformaron ese recorrido en un momento inolvidable, donde el deporte y la vida se encontraron.
Ellos fueron Erick Eduardo López Lechuga, quarterback titular, líder nato que guio a las Águilas al bicampeonato de la Conferencia Nacional en 2022 y 2023. Estudiante de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, su nombre ya está escrito en la historia del equipo.
José Alejandro Limón Contreras, pieza esencial de la ofensiva, orgullo nacional al ser convocado al Tazón Azteca en 2022 y galardonado con el Premio Teporaca de Bronce en 2023. Su talento y entrega lo convirtieron en referente dentro y fuera del campo.
Damián Jair Cruz Márquez, pilar de la línea ofensiva, ejemplo de disciplina y carácter, combina su pasión por el emparrillado con su formación en Administración Financiera en la Facultad de Contaduría y Administración.
Y Kevin José Aguilar Madrid, mejor conocido por todos como “Huguito”, guerrero incansable de la línea defensiva, estudiante de la Facultad de Ingeniería y símbolo del espíritu fraterno que caracteriza a las Águilas.
Con la mirada fija en el cielo y los corazones latiendo fuerte, cada paso de estos jugadores junto a sus seres queridos recordaba lo que significa portar los colores universitarios: honor, sacrificio, hermandad y amor por la camiseta.
Antes de la patada inicial ante los Correcaminos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, el ritual se convirtió en un homenaje vivo. Sus compañeros, esa segunda familia forjada en entrenamientos y batallas, no dejaron de corearles palabras de aliento y agradecimiento.
Fue, sin duda, un instante que quedará grabado en la memoria de todos: la despedida de cuatro Águilas que, al volar más alto, dejan una huella imborrable en la historia del equipo y en el corazón de su afición.






